Homenaje a los que funden el acero

Homenaje a los que funden el acero

Homenaje a los que funden el acero

Una mezcla de sentimientos de orgullo, alegría y nostalgia se vivió en la mañana de este viernes en la Empresa Siderúrgica José Martí, conocida como Antillana de Acero, durante el acto conmemorativo de la primera colada de acero cubano, que tuvo lugar en esta industria hace 60 años.
El acto fue presidido por: Daimaris Muñoz Navarro, Secretaria General del Sindicato Provincial de trabajadores de la industria; Tamara Garrido, Primera Secretaria del PCC del Cotorro; Teresa Beltrán, Presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular; Carlos Alejandro Estrada Fong, Vicepresidente Primero de GESIME; y Reinier Guillén Otero, Director General de Antillana de Acero.
De la mano de estas personalidades y de representantes de las organizaciones políticas y de masas de la empresa, fue entregado el diploma conmemorativo a los trabajadores que han destinado entre 20 y 50 años de labor ininterrumpida en la entidad.
Especial homenaje recibieron los que arriban a 50 o más años en esta empresa, ellos constituyen sus fundadores y los protagonistas de aquella histórica colada; por lo que en el acto fueron merecedores de la insignia distintiva de la Antillana de Acero.
En nombre de los trabajadores homenajeados, Luis Sol Salinas, ratificó el compromiso de los antillaneros con la política económica y social de la Revolución y con el cumplimiento de los planes productivos, por lo cual seguirán dando su mejor esfuerzo y trabajando con el sentido de pertenencia y el espíritu noble que los caracteriza, afirmó.
El marco de este evento fue oportuno para que la Dirección de la empresa recibiera la Certificación del Sistema de Gestión de la Calidad y un Reconocimiento Especial por parte del Grupo Empresarial de la Industria Sidero Mecánica (GESIME); entregados ambos por el Vicepresidente Primero del grupo empresarial.
Reinier Guillén Otero, Director General de Antillana de Acero, al hacer las conclusiones del acto, recordó el legado del líder histórico de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en su constante preocupación por el desarrollo de este centro y por sus trabajadores, a los que siempre dedicó especial atención. Apuntó, además, que, a lo largo de estos 60 años, la empresa ha transitado por varios procesos inversionistas, hasta llegar al proceso más grande por el que atraviesa actualmente y que permitirá que alcance los niveles de producción necesarios para el desarrollo económico del país, siguiendo las aspiraciones del Comandante en Jefe y haciendo un digno tributo al esfuerzo de los obreros que hace 60 años echaron a andar a la empresa insigne de la industria cubana.
La música y la poesía también tuvieron lugar en el acto, el trabajador Francisco Bendal, compartió con los presentes un poema de su autoría titulado: Viva la primera hornada, y el guitarrista Liban Álvaro regaló las piezas musicales: Homenaje a José Martí y Revolución.

¿Cómo se recuerda la primera colada de acero cubano?
Fue el 4 de mayo de 1959, luego de dos años de construcción y montaje de la primera fábrica de ciclo completo de metalurgia de acero en Cuba, cuando se dio por primera vez la orden de "Abrir la piquera" y se hizo la primera colada de acero cubano.
Uno de los fundadores de la empresa, joven obrero de 18 años en aquel tiempo y hoy, maestro laminador, Antonio Sierra Fábrega, comentó en entrevista al Grupo de Comunicación de GESIME que: " para llegar a la colada se pasó mucho trabajo, porque se ordeñó el horno, se le sacó la primera hornada, pero luego de vaciarse en el cubilote, tuvieron que ponerle varillas de hierro con oxígeno para destupir la piquera para que cayera el acero líquido abajo, entonces eso demoró, pero valió la pena".
Comentó que, a pesar de las 12 horas de intensa labor, para llegar a la colada, aquel acontecimiento se vivió con mucha curiosidad y emoción por los obreros y los habitantes del Cotorro, siendo entonces una fecha relevante para el territorio.
Este hecho tiene gran significación para el patrimonio industrial del país, pues marcó el inicio del sustento y la vida de cientos de familias que, desde entonces, han tenido una o varias generaciones trabajando al calor del acero.